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Ese sentimiento tan grande, que llena cada pequeña parte de tu cuerpo, que te devuelve la vida, te hace sentir que estás aquí por algo, con un objetivo. Esa sensación que ahora echas en falta, que te hace sentir incompleta, que te llena de esperanza para un futuro. Esa corazonada de que lo improbable pueda llegar a ser posible, de que no hay que perder nunca la fe incluso cuando crees que está todo perdido. Esa risa que está ausente, que sabes que va a volver pero no sabrías decir en qué momento exacto... Esa mirada que deseas volver a ver, por la que darías todo a cambio de tenerla un segundo frente a la tuya. Esas palabras que se quedaron grabadas en tu cabeza, letra por letra, intentando buscarle significados que NO tienen, queriendo volverlas a oír por si se te escapó algún detalle. Esos gestos con los que te quedabas embobada, suplicando que el tiempo se congelara. Esa partida que quisiste jugar pero que nadie te invitó a participar. Esa marcha que, por mucho que quisieras evitar, se produjo. Y ahora... ¿qué?.
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